Adán disfrutando de la creación de Dios
Palabras clave | elefante |
---|---|
Secondary Keywords | Adán ardilla colección dios Edén león rana tortuga zorro |
Escrituras | Genesis 2 Genesis 3 |
Genesis 21 El cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos quedaron terminados.2 En el séptimo día, Dios descansó de todo el trabajo que había hecho.3 Bendijo el séptimo día y lo declaró día santo porque descansó en él de todo el trabajo que había hecho en la creación.4 Esa es la historia de la creación del cielo y la tierra. Cuando el SEÑOR Dios hizo los cielos y la tierra,5 todavía no se cultivaba ninguna planta ni crecía ninguna hierba silvestre en los campos porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había ningún ser humano que trabajara la tierra.6 Pero salía agua de ella y rociaba todo el suelo.7 El SEÑOR Dios formó al hombre tomando polvo de la tierra, sopló en su nariz y el hombre se convirtió en un ser viviente.8 Luego el SEÑOR Dios plantó un jardín en el Edén, en el oriente y allí puso al hombre que había formado.9 El SEÑOR Dios hizo que del suelo creciera toda clase de árboles hermosos de frutos comestibles y deliciosos. El árbol de la vida se encontraba en medio del jardín y allí también estaba el árbol del conocimiento del bien y del mal.10 Un río del Edén regaba el jardín. Este río recibía agua de cuatro ríos distintos.11 El primero se llamaba Pisón y corría por toda la región de Javilá, donde hay oro.12 El oro de esa región es de buena calidad, y también hay bedelio y ónice.13 El segundo río se llamaba Guijón y corría por toda la región de Cus.14 El tercer río se llamaba Tigris y corría por el oriente de Asiria. El cuarto río era el Éufrates.15 El SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara.16 Luego el SEÑOR Dios le ordenó al hombre: «Puedes comer libremente de cualquier árbol en el jardín,17 pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal porque el día que lo hagas, sin duda morirás».18 Entonces el SEÑOR Dios dijo: «No le hace bien al hombre estar solo, haré a un ser capaz de ayudarlo y que sea como él».19 Entonces el SEÑOR Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y a todas las aves del cielo. Los llevó al hombre para ver cómo los iba a llamar y con ese nombre se quedó cada ser viviente.20 El hombre le dio nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales silvestres; pero ninguno de ellos resultó capaz de formar pareja con él para ayudarlo.21 Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre durmiera profundamente y mientras dormía le quitó una parte de su costado y rellenó esa parte con carne.22 Después, de esa parte de su costado el SEÑOR Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre.23 El hombre dijo: «¡Al fin! ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! La llamaré “mujer”, porque fue sacada del hombre».24 Por esa razón el hombre deja a su papá y a su mamá, se une a su esposa y los dos se convierten en un solo ser.25 Tanto el hombre como la mujer estaban desnudos, pero a ninguno de los dos les daba pena. Genesis 31 La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que el SEÑOR Dios había hecho, así que le preguntó a la mujer: —¿Es cierto que Dios les dijo que no coman de ningún árbol del jardín?2 Y la mujer le respondió: —Podemos comer los frutos de los árboles del jardín.3 Pero Dios nos dijo “No deben comer frutos del árbol que está en medio del jardín, ni siquiera tocarlo porque si lo hacen morirán”.4 Entonces la serpiente le dijo a la mujer: —Con seguridad no morirán.5 Incluso Dios sabe que cuando ustedes coman de ese árbol, comprenderán todo mejor; serán como Dios porque podrán diferenciar entre el bien y el mal.6 Cuando la mujer vio que el árbol era hermoso y los frutos que daba eran buenos para comer, y que además ese árbol era atractivo por la sabiduría que podía dar, tomó algunos frutos del árbol y se los comió. Su esposo se encontraba con ella, ella le dio, y él también comió.7 Como si se les abrieran los ojos, se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces se hicieron ropa cosiendo hojas de higuera.8 Escucharon el sonido del SEÑOR Dios caminando por el jardín a la hora fresca de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios detrás de los árboles del jardín.9 El SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás?10 El hombre le respondió: —Escuché que andabas por el jardín y me asusté porque estaba desnudo, entonces me escondí.11 Luego Dios le preguntó: —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que les prohibí comer?12 El hombre dijo: —La mujer que me diste por compañera me dio fruto de ese árbol, y yo comí.13 Luego el SEÑOR Dios le preguntó a la mujer: —¿Conque esas tenemos? Y la mujer respondió: —La serpiente me engañó y yo comí.14 Entonces el SEÑOR Dios le dijo a la serpiente: —Por haber hecho esto, serás maldita entre todos los animales. Tendrás que arrastrarte sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.15 Haré que tú y la mujer sean enemigas y que tu descendencia sea enemiga de la de ella. La descendencia de ella buscará aplastarte la cabeza mientras tú le tratarás de picar en el talón.16 Después Dios le dijo a la mujer: —Te daré más trabajo y multiplicaré tus embarazos; y con todo y tu duro trabajo, tendrás también que dar a luz a los hijos. Desearás estar con tu marido, pero él te dominará a ti.17 Luego Dios le dijo al hombre: —Ya que tú obedeciste a tu mujer y comiste del árbol que yo te había prohibido, la tierra estará maldita por tu culpa. Tendrás que conseguir la comida por medio de duro trabajo, durante todos los días de tu vida.18 Del suelo nacerán cardos y espinas para ti. Y tendrás que comer plantas del campo.19 Obtendrás tu comida con el sudor de tu frente hasta que mueras y regreses al polvo, porque tú saliste de allí. Polvo eres y en polvo te convertirás.20 El hombre le puso a su mujer el nombre «Eva», ya que ella se convertiría en madre de todos los seres humanos.21 El SEÑOR Dios hizo con pieles de animales ropa para el hombre y su mujer, y los vistió.22 Luego el SEÑOR Dios dijo: «Miren, el hombre y la mujer se han convertido en seres como nosotros, pues saben reconocer el bien y el mal. Ahora tienen a su alcance los frutos del árbol de la vida, para comerlos y vivir para siempre».23 Entonces el SEÑOR Dios los sacó del jardín del Edén a trabajar la tierra, de la cual el ser humano estaba hecho.24 Los expulsó y luego puso al oriente del jardín del Edén dos querubines^ y una espada en llamas que giraba para cerrar el camino de regreso al árbol de la vida. |