26 Por eso Dios los dejó seguir sus pasiones vergonzosas. Sus mujeres dejaron de tener relaciones sexuales con los hombres, que es lo natural, y empezaron a tener relaciones sexuales con otras mujeres.27 De la misma forma, los hombres dejaron de tener relaciones sexuales con las mujeres, que es lo natural, y empezaron a desearse entre ellos. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres, y recibieron en sí mismos el pago merecido por su desviación.28 Ya que la gente creyó que no era importante conocer a Dios, él los dejó que siguieran pervirtiendo su mente y terminaron haciendo lo que no deben.29 Esta gente se mantiene haciendo toda clase de injusticia, corrupción, codicia y maldad. Viven llenos de envidia, asesinatos, peleas y fraudes. Siempre están pensando mal de los demás. Son unos chismosos;30 hablan mal de los demás. Odian a Dios, son insolentes, orgullosos, vanidosos, inventan maldades y no obedecen a sus padres.31 Son insensatos, no cumplen sus promesas, son insensibles y no tienen piedad de nadie.32 Aunque saben que la ley de Dios dice que quienes hacen esto merecen morir, no les importa y siguen haciéndolo. Además afirman que están en lo correcto los que hacen todo eso.